Durante nuestra larga estancia a Phoenix, y antes de partir pronto hacia Las Vegas y California, hemos querido hacer una pequeña excursión al Grand Canyon. El nombre del Cañón del Colorado lo recibe por el río, no por el Estado, como nos pensábamos. El río Colorado nace en el estado de cuyo toma el nombre, pero atraviesa de forma asombrosa por el norte de Arizona, siendo el responsable de tal fenómeno de la naturaleza.
Tener una panorámica del Grand Canyon delante es algo indescriptible, mágico, no se puede plasmar en una foto. Se necesita estar ahí para captar la grandiosidad del cañón, para escuchar el silencio, para sentirte pequeño...
Nos hubiera encantado bajar hasta el mismo río, pero es una excursión de un día de ida y otro de vuelta, pasando la noche abajo, y no íbamos preparados. Nos queda pendiente pués, para otro año, venir a pasar una semana para seguir el curso del río atravesando todo el cañón por debajo.
Es curioso también, la diferencia de temperatura. Arriba, cuando llegas con el coche, se está a 2.300 metros sobre el nivel del mar. Hace bastante frío. Y abajo, el río corre a 1.500 metros. Hace bastante calor. Y ese cambio de temperatura se nota al bajar. Bajamos casi 2 horas y volvimos a dar la vuelta. En total, una caminata de cerca de 4 horas. Pero valió la pena.
Buenas!, os sigo desde Málaga, menuda envidia sana, en fin, a disfrutarlo!!
ResponderEliminarDavid.
gracias, ¡un saludo a Malaga!
ResponderEliminarTu tambien puedes hacer un viaje asi si te lo propones en serio. Vale la pena.
gracias, ¡un saludo a Malaga!
ResponderEliminarTu tambien puedes hacer un viaje asi si te lo propones en serio. Vale la pena.